José Rivera, presidente del grupo ecologista Mediterráneo y miembro de la Junta Rectora del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, señala que, entre otras consecuencias negativas, “los pájaros no lo soportarían”, en referencia a las 80 especies que alberga este espacio de excepcional valor ecológico, que es parada obligatoria de las aves que migran del norte de Europa a África.
“Una cuestión es la legalidad de la licencia y, otra bien distinta, la ejecución de un proyecto que pueda afectar a los valores ambientales”, según la Junta, que recuerda que el proyecto si sigue adelante debe pasar aún filtros como la declaración de impacto ambiental. Un segundo Algarrobico que nadie quiere, que a nadie beneficia, excepto a unos pocos que pretenden enriquecerse a costa de un Patrimonio de la Humanidad
Enlazamos aquí artículo que resume la situación publicado ayer en El País