ERMITA TORRE GARCÍA – SAN MIGUEL DE CABO DE GATA:
Duración: 2 a 3 horas.
Dificultad: Baja.
Época recomendada: Otoño y primavera.
Partimos de la ermita de mediados del siglo XX y que acoge a la Virgen del Mar en las dos romerías que se hacen al año (primer domingo de enero y primer domingo de junio), dirección Cabo de Gata.
Hay un cartel indicativo de inicio de sendero, este camino discurre por una pista paralela a la playa.
La primera curiosidad que nos encontramos es una Torre Vigía del siglo XVII y que funciona como mirador.
Desde lo alto disponemos de una magnifica panorámica de la costa y observaremos, bajo ella una zona vallada que corresponde a las ruinas de una fábrica de salazones de origen romano.
Siguiendo nuestro camino pasaremos al lado del azufaifar mejor conservado dentro del parque situado antes de llegar a la rambla de las Amoladeras, en al cual podemos observar otro vestigio de nuestros antepasados romanos, un antiguo pozo de agua dulce, que se asemeja a una torre de piedra y del que hasta hace unos pocos años aún estaba permitida la extracción de agua.
El resto del camino hasta la rambla de Morales trascurre por la Reserva Ornitológica de las Amoladeras, que destaca paisajísticamente por las siluetas estilizadas del bosque de pitas, fáusticamente por la nidificación de aves como la alondra de Dupont, ortega, sisón, etc.. y también por la presencia de los matorrales y flora característica de esta zona.
No esta permitido salirse del camino porque en época de nidificación, estas aves ponen sus huevos en el suelo y son difíciles de distinguir.
La siguiente zona que nos encontramos es el entorno dunar, acompañado por cañaverales y en las que antiguamente, cuando estas dunas eran más grandes, se rodaron escenas de películas como Lawrence de Arabia.
Más adelante llegaremos a la desembocadura de la rambla de Morales que mantiene agua casi todo el año donde podemos observar aves como flamencos, avocetas y cigüeñuelas.
Una vez dejado este entorno, estamos a 20 minutos de la barriada de San Miguel de Cabo de Gata, donde podemos disfrutar de un merecido descanso en cualquiera de las terrazas del paseo Marítimo.
