Si eliges “destino Parque” para una escapada navideña no olvides las gafas de sol
El Parque de color verde es lo normal, en esta tierra agradecida, desde Octubre hasta la primavera, la primavera “habitual”, porque en el Parque, durante todo este periodo de tiempo, se alternan periodos de floración de diversas especies, lo que hace que siempre haya notas de color sobre el verde frondoso de este desconocido semidesierto, que se alimenta del rocío nocturno y de la humedad del mar en la costa.
Aquí la navidad nos regala muchos días de sol, de sol intenso que nos permite disfrutar en las horas más cálidas del día de sensaciones olvidadas en otros lares en esta época del año.
Las temperaturas son amables, dependiendo de los años bajamos hasta 10 grados ¡sobre cero! por las noches, a veces los termómetros nos han sorprendido con más frío, otros años con temperaturas que hacían habitual un agradable paseo después de la cena.
También el buen tiempo y la temperatura del agua hacen que sea un destino para llevar a cabo múltiples actividades , bucear o sencillamente andar o pasear.
Los árboles de navidad en muchas ocasiones se sustituyen por pitacos secos en los que colgar adornos y regalitos. En esta época del año, si bien no está todo abierto, sí abren los suficientes establecimientos como para que no nos falte nada necesario y poder hacer algún obsequio, poder comer fuera si nos apetece, elegir un alojamiento rural, un hostal en nuestro pueblito favorito, o un aparthotel con servicio de habitaciones, y por supuesto hay sitio para los amantes del Camping. Los Hoteles del Parque se esmeran en ésta época con servicios y apetecibles cenas.
Si eliges “destino Parque” para una escapada navideña no olvides las gafas de sol, prendas de abrigo que se quiten y se pongan fácilmente, (al medio día querrás poder desprenderte de abrigos y lanas los días de sol), calzado cómodo y ganas de naturaleza. Además es un gran destino para la “caza fotográfica” de aves y la fotografía en general, pocos paisajes vírgenes donde tu vista no tropiece con nada humano quedan en el Mediterráneo y este destino es uno de ellos.
Y si vienes con niños las cometas son deliciosas, sus pequeños personajes encontrarán paisajes para sus aventuras imaginarias, traerles una toalla porque no podrán resistirse a jugar en el rompiente, y recambio de calzado porque esta tierra árida tiene en esta época del año mucho pasto , mucho campo que andar, mucha arena donde llega el mar, charcos donde buscar ranas y ramblas frondosas entre volcanes dormidos .
Aquí no nieva, si veis manchas blancas por las montañas son las cabras o las ovejas, si veis manchas blancas en el mar son los bordes de las olas y si veis manchas blancas en el cielo son las nubes que hacen que el cielo se convierta en una imagen de John Ford .
El Parque en sí es un regalo, pasearlo, disfrutarlo, vivirlo, sus silencios, sus sonidos y su inmensa belleza.
(Fotografía Jorge Rapallo)