Pesca Artesanal en el Parque y
Entrevista con Sebastián Núñez Vergel
Hace tiempo disfruté de un libro, disponible por cierto en las Bibliotecas Públicas de Andalucía, titulado : “El Legado Patrimonial de la Pesca Artesanal en al Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar”.
Y digo disfruté, porque me encontré con vecinos pescadores del Parque de toda la vida, con fotos que me recordaban a su vez a las fotos de familia de otros vecinos, en las que los jabegotes de un pueblo tiraban de las redes desde la orilla de la playa, o “enjuagaban” el pescao…. Disfruté reconociendo todo lo que tiene que ver con la pesca en el Parque y que me es familiar, y todo aquello que, por desgracia va desapareciendo, como los pescaos salaos secándose al sol, los pulpos clavados en los muros de cal…y recordé también a aquellos pescadores que ya no volverán, y que paseaban en sus barcos a los escasos y exóticos veraneantes de otras épocas, y me di cuenta de que cualquier vecino que sea de una de las poquísimas familias originarias de esta tierra, tiene a su vez un familiar relacionado con la pesca, y me sentí satisfecha de poder comprender algunas de las artes de pesca que, aún hoy, utilizan mis vecinos en El Parque.
Si bien es imposible resumir esta publicación que tanto me ha enriquecido y que recomiendo, me quedo con una cita antigua del Poema didáctico sobre la pesca “Halieutica” del griego Opiano, del siglo III:
“El que pesca, habrá de tener, ante todo el cuerpo y los miembros fuertes y ágiles, no muy obesos ni escasos de carne, pues no pocas veces él debe luchar, por sacarlos a tierra, con peces potentes, que dan fuertes saltos, se mueven con fuerza orgullosa y en los brazos de la mar nutricia se agitan… Será el pescador sumamente sabio y taimado, pues muchas maquinaciones y muy variadas a las trampas que les acechan ponen los peces. Habrá de ser muy paciente, sereno y sensato, poco dado a dormir hasta hartarse…ser amante del mar y gustarle el trabajo.”
Mi curiosidad se despertó otra vez viendo cada año las morunas, unas redes que aparecían un par de meses al año en Cala Higuera, o en La Isleta…y me acerqué a Sebastián Núñez Vergel, joven vecino de San José a preguntarle, y cómo tenía más y más preguntas, fue tan amable como sólo lo saben ser las gentes de esta tierra, y me permitió preguntarle más y tomar notas y publicar esta pequeña entrevista, de la que no trascribiré mis preguntas, que ningún interés tienen, si no sus respuestas lo más fielmente que sepa:
“Nací en San José en 1975. Mi primer recuerdo de la pesca es una tarde noche que bajé con mi madre a la playa a “desenmallar boga”, yo tendría la edad…como ahora mi niña, siete u ocho años. Mi padre era pescador, y siempre le recuerdo llegando a la playa con el barco, ahí delante de nuestra casa en La Calilla…en mi familia tradición de pesca artesanal pues padres, tíos y primos”
“Por supuesto que conozco la Asociación de Pesca Artesanal del PN Cabo de Gata-Níjar, estamos asociados de toda la vida, porque la unión hace la fuerza, y se trata de que la gente vea que nuestra pesca es sostenible y responsable, que se den cuenta de que nosotros cuidamos la mar”
“Sobre la moruna, ahora estamos en ello, ya lo sabes. Salgo hace ocho años, primero con mi familia de La Isleta y desde hace 3 años con mi barco y mi gente. Este año nos ha tocado La Isleta y el año pasado Calahiguera, me preguntas por qué cambiamos, pero es que sólo hay cinco postas, y el turno es rotativo.
Este año nos ha tocado ahí, según los barcos cada año te toca un sitio y uno o dos años no te toca, vamos te quedas sin moruna.”
“La moruna es un arte de pesca mediterráneo, como ya sabes es una “arte fijo” que le ponemos a los peces, primero la instalamos y después vamos todos los días. Podemos tirarnos un montón de días sin que entren las lechas y de pronto, un día entran y trabajamos pero duro, porque se sacan con traiña, vamos a pulso, vamos seis y el noventa por ciento de trabajo se hace a pulso desde el barco. La moruna es un arte antiguo y sé que es un arte sostenible porque, cada año, las lechas vuelven. Además hay diez meses de parada”.
“Mi barco era el barco de mi padre, ahora diríamos que él es el armador y yo el patrón.
Como te digo somos seis, cuando digo mi gente digo mis marineros, y durante dos meses vamos cada día y a las ocho empezamos a trabajar. Creo que lo llevamos bien, porque siempre desayunamos juntos, el café y la madalena para darnos ánimos, para no empezar así en frío, y nos llevamos bien porque casi cada día, al acabar, tenemos ganas de tomar una cerveza juntos.”
“Nunca sabemos si van a entrar las lechas o no. Parece muy bonito, pero puedes llegar a desesperarte, cuando pasan quince días sin pescado…pero luego llegan las lechas para compensar. Este año es un año regular, pero estamos contentos porque hemos sacado los gastos y ¡los seis sueldos!. Nadie que pesque es rico”
“Cada año lo ideal es que seamos el mismo equipo, así cada uno sabe cuál es su tarea. Dicen las malas lenguas que es un orgullo asistir a la moruna (y lo dice uno de ellos que pasa por allí e interviene, -es un orgullo asistir a la moruna-) , pero no veo continuidad de aquí a unos años, supongo que las nuevas generaciones no seguirán…la pesca te tiene que gustar ¡y mucho!…¿mi niños?, a mi me gustaría que mi niño pescase sólo por hobby. Yo pescaré hasta que pueda.”
“No sé qué pienso del turismo de pesca, tendría que tener más datos, depende, ¿te imaginas que estás tú trabajando y está uno sentado a tu lado mirando tu ordenador?¡pues depende!”
Agradezco enormemente a Sebastián Nuñez Vergel haber dedicado un rato de su tiempo a compartir un poco de lo que sabe de la mar y me siento enormemente afortunada de haberle escuchado. Desde el respeto y con toda humildad, gracias Vecino.
Carmen Fernández Peña.
Junio 2011
Sebastián Nuñez (2º por la izda) y sus “compañeros” de Moruna, 2011.
