“…un rincón olvidado durante siglos y que algunos se esmeran en proteger mientras que otros se esfuerzan en depauperar.”
“Hablar del Cabo de Gata puede tener multitud de significados y muy distintos… en función de cuales sean los objetivos y las miras con que se divise el punto en cuestión.
Así pues para un constructor será una vaca sagrada a la que pretender ordeñar, para un guarda será su pan de cada día, para un hostelero será su fuente de beneficio o bien su ruina…
Pero ¿y para un naturalista?. Cabo de Gata para un naturalista es un punto sagrado en el mapa de la península ibérica, una de esas cinco puntas que dibujan la geografía en el sudoeste de la vieja Europa, un rincón olvidado durante siglos y que algunos se esmeran en proteger mientras que otros se esfuerzan en depauperar.
(Fotografía Jesús Contreras- Oz Nature)
Para mí, nacido y criado en Almería, el Cabo de Gata es algo mucho más que todas estas afectaciones de valor que se ven tan influenciadas por el devenir de los tiempos y los intereses. Cabo de Gata y sus tierras aledañas son:
GEOGRÁFICAMENTE: Un símbolo de lo que fue y no pudo ser… un nexo de unión entre África y Europa roto por el tiempo, una erupción volcánica que se convirtió en costa litoral con el paso del tiempo y que conserva milagros aún no leídos, maravillas incomprendidas… que solo su visita nos invitará a satisfacer.
GEOLÓGICAMENTE: Una audacia para entender qué pasó en la tierra antes de que nosotros estuviéramos aquí… y no me refiero a ti y mi, tristes habitantes del llamado siglo XXI… sino que me refiero a toda la humanidad, cuya historia es tan corta que apenas parece reflejarse como un leve sueño en la historia del geoide. Volcanes, dunas, arrecifes… distintos y distantes niveles prefiguraron lo que hoy es este trozo de costa; sin lugar a dudas un manantial de sabiduría al que nadie estamos autorizados a borrar.
(Fotografía Jesús Contreras- Oz Nature)
BIOLÓGICAMENTE: La cercanía de las placas africana y europea no es sino el resultado de su historia, lo que nos hace entender que algún día no muy lejano en el pasado ambos continentes fueron parte de uno solo, y esto convierte en la zona litoral inalterada en una fuente de riqueza biodiversa, desde el punto de vista de la climatología y la orografía del terreno, que han brindado sin discontinuidad en el tiempo, una gran oportunidad a las más variadas especies que habitan esta zona protegida.
CLIMÁTICAMENTE: Almería y su bahía dan cobijo a un microclima único y exclusivo en el continente de cuyo sur son parte y forma, geográficamente hablando. Así, habitan en esta zona especies de animales y plantas que solo son conocidas al otro lado del mar, y a veces ni eso… pues se han convertido en auténticas joyas endémicas del lugar, como la planta conocida como Dragoncillo del Cabo u otras algunas más, cuyo valor científico bien merece la protección del entorno.
Pero ante todo el Cabo de Gata es para un naturalista un conjunto de valores sociales y naturales que se dieron en apuesta al futuro, un conjunto de valores por los que mucha gente peleó para que hoy y mañana otras personas puedan disfrutarlos, y desde ese punto de vista, desde ese equilibrio… hemos de ver el Cabo como una herencia a respetar desde el más riguroso sentido de la palabra “respetar”.
Cabo de Gata es un cúmulo de historia literaria, de historia minera, de pescadores, supervivientes, piratas y corsarios, de pueblos que han horadado la superficie de su faz a lo largo de los siglos; un lugar cargado de historia del cual solo somos en la actualidad una porción de tiempo y no más…” Jesús Contreras.
Conocimos personalmente a Jesús Contreras en el I Festival Ibérico de las Aves. Enamorado y conocedor de su tierra es muy apreciado y conocido como naturalista y como guía en toda Europa.