San José es un lugar con mucha vida, un pueblo cosmopolita de gentes que llegan de todas partes del mundo
Nuestro entorno es peculiar: un extenso espacio de playas vírgenes y amplias zonas despobladas, algunos pueblecitos en los que se detuvo el tiempo en sus rincones , donde aún los pescadores preparan sus artes y aparejos, donde los niños juegan bajo la mirada distraída de las vecinas y vecinos, y algunas mujeres aún acuden con su barreño al lavadero, mientras llama nuestra atención una noria de madera apoyada sobre un círculo encalado, que ha sacado el agua sumergida durante siglos, para unas huertas cuya existencia se vuelve increíble en los meses calurosos del verano; las distancias se acortan y podemos disfrutar de un paseo al atardecer por estos pequeños lugares, o recorrer la costa en kayak un día de mar en calma, o sumergirnos en un espectacular parque marítimo codiciado por los buceadores de todo el mundo. Lo cierto es que hemos elegido San José porque, a veces, no tenemos ganas de andar o coger el coche y tan sólo queremos dar un paseo y San José, no sólo es un lugar geográficamente privilegiado en el Parque, separado del Faro por kilómetros de increíbles playas vírgenes, vecino por mar de Los Escullos y La Isleta del Moro y cerca de todo, es además un lugar con mucha vida : un pueblo cosmopolita de gentes que llegan de todas partes del mundo, un lugar que llena sus noches de verano de actuaciones en la calle, un espacio para disfrutar del jaleo veraniego o de la tranquilidad absoluta en una terraza sobre el mar. Todo está al lado, las tiendas, los bares, el club de buceo y el centro médico, los kayak , el puerto deportivo, los columpios, las tabernas…y por la noche, recorrer el paseo marítimo nos trae recuerdos de veranos soñados y recordados, con olor a mar , ruido de abanicos y silencio de estrellas, y los gritos y las risas del corro de niños agrupados alrededor de un equilibrista, se quedan atrás mientras nos alejamos con una sonrisa y al volver al Hotel las buenas noches suenan a “bienvenido a tu casa en San José”. (Fotografía: Santiago Domenech)