Este año se vuelve a celebrar el festival Espantapitas, ya en su tercera edición: como reza su cartel “experiencia 3”, del 3 al 7 de Septiembre. Esto en sí ya es una noticia, pero entre sus bondades hay una que podría pasar inadvertida y que tiene su importancia: queda espacio para la solidaridad.
Como en todo festival que se precie hay un mercadillo y allí podemos colaborar con dos proyectos puntuales comprando objetos diversos, comiéndonos una hamburguesa o un helado.
Uno de los puestos, que el año pasado además de vender cosas de segunda mano ofrecía hamburguesas deliciosas, es el ya conocido en San José como “Rastrillo”, y que este año repite, también con venta de “cosas varias” y hamburguesas. Los responsables del Rastrillo, gente muy concienciada del “genocidio” del pueblo tibetano y que vuelca sus esfuerzos en esta causa, llevan el dinero recaudado de sus ventas directamente en mano a sus destinatarios, que se concentran en la comunidad más pobre de un enorme campo de refugiados tibetanos(16.000 refugiados) al sur de India llamado Mungod (a la altura de Goa a unas dos horas hacia el interior).
El otro “kiosko”, no es el kiosko de siempre de San José aunque el responsable es el mismo, el muy querido y conocido por “Paco del kiosko”. Esta vez su kiosko será de helados y el beneficio de la venta se destinará a un proyecto para el desarrollo en Honduras. Allí podréis informaros con más detalle
Probablemente nunca un helado o una hamburguesa nos alimentará tanto.