Agoto las tardes paseando, aún los días son largos en este preludio del otoño, y una variedad de colores y temperaturas me recuerda que la belleza de este lugar, se olvida bajo el intenso sol del verano.
Aún no ha llegado el tiempo de la melancolía ni de los paseos abrigados, no, aún quedan medios días para darse un chapuzón y tomar el sol, y mañanas frescas para ver salir el sol sobre el mar, y pasear, pasear protegiéndonos aún del sol que no deja de quemar, olvidándose en este rincón del mundo de que aquí las estaciones no van por años si no por horas: mañana primavera, medio día verano, tarde-noche primavera, amanecer otoño… y si es verdad que se acerca el otoño y el campo está agostado del verano, la fina lluvia de alguna noche, o el relente, han quitado el polvo y han hecho verdear las pitas y las chumberas, y han enrrojecido de nuevo la tierra, y los colores de las rocas rosa y oro está más luminosos. Paseando los días largos aún, los días que no se pueden imaginar desde otro lugar del mundo, llenos de luz. Disfrutando de este tiempo de amaneceres y crepúsculos rojos y de noches frescas y silenciosas. No te lo pierdas.