La Consejería andaluza de Medio Ambiente ha comprado una finca de 282 hectáreas, colindante con el polémico hotel que se construye en el paraje de El Alagarrobico, dentro del parque natural de Cabo de Gata (Almería), según confirmaron hoy a Efe fuentes de la Junta de Andalucía.
La consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves, firmó el pasado jueves la orden de compra de estos terrenos, que han pasado a ser propiedad de la Junta de Andalucía al precio de 728.000 euros.
La compra se ha realizado tras ejercer el Gobierno andaluz su derecho de retracto sobre este suelo, catalogado como rústico, y para ‘blindar’ este espacio, ‘de alto valor ambiental, de futuros usos urbanísticos’, añadieron las fuentes.
La finca adquirida rodea casi por completo al polémico hotel, construido tras modificar el Ayuntamiento de Carboneras el planeamiento urbanístico de este paraje y cuya demolición han demandado diversos grupos ecologistas.
La compra se ha realizado tras haber sido vendida esta finca por su propietario a la empresa ‘Inversiones Carboneras SL’ y con la intención de ‘frenar nuevos desarrollos urbanísticos en la zona’.
La ejecución del derecho de retracto ha contado con el informe favorable de la Delegación de la Consejería de Medio Ambiente en Almería y de las direcciones generales de Gestión del Medio Natural y de la Red de Espacios Naturales Protegidos (RENPA) de dicho departamento.
La compra se justifica, según Medio Ambiente, por ‘la importancia de los valores ambientales de estos terreno’, ubicados dentro del Parque Natural de Cabo de Gata y de ‘alto valor ambiental y estratégico’, para la gestión de este espacio protegido.
Además, la finca adquirida posee una valiosa flora de corcicales, lentiscales y espartagales y alberga ejemplares de especies protegidas, como la tortuga mora, halcón peregrino, ortega o alcaraván.
Greenpeace reclamó la pasada semana a la Junta de Andalucía que ejerciera su derecho de compra sobre estos terrenos y recordó que el plazo para concertar el derecho de retracto finalizaba este mes.
La finca finalmente adquirida está calificada por el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Parque Natural de Cabo de Gata como zona de protección de grado B y C, un suelo rústico donde no se puede construir.